Cualquier actividad que se desarrolle a más de dos metros con respecto al nivel del suelo es considerado trabajo en altura: mantenimiento en cubiertas y tejados, montajes de antenas, instalación de paneles fotovoltaicos, trabajo en andamios, etc.
Antes de que el operario comience a desarrollar su trabajo en estas condiciones, la empresa responsable debe establecer una serie de medidas de prevención previas destinadas a evitar y minimizar los riesgos laborales, entre los cuales, las caídas a distinto nivel.
Para conocer primero y establecer después las mejores medidas de prevención posibles en función de cada caso, es importante que un experto en seguridad laboral realice una exhaustiva evaluación de riesgos y establezca las medidas de control óptimas más recomendables en función de la jerarquía de protección anticaídas.
Pero, ¿qué es y en qué consiste esta jerarquía de protección anticaídas? Se trata fundamentalmente del estándar de referencia para medidas de seguridad que establecen los controles que han de ser implementados, en orden de preferencia y no excluyentes entre sí, a fin de evitar accidentes en el puesto de trabajo:
Eliminación o sustitución. Establece que siempre que podamos evitar el peligro, ya sea eliminando la práctica de trabajo de riesgo, ya sea sustituyéndola por una práctica alternativa más segura, se ha de hacer. Esto puede aplicarse, dependiendo del caso, realizando la acción concreta a ras de suelo o cambiando un determinado proceso o secuencia de trabajo por otro con mayores garantías. Por ejemplo, en lugar de subirse a una escalera para reparar una farola, se puede diseñar la farola para que se pueda bajar a nivel del suelo, eliminando la necesidad de trabajar en altura y así el riesgo de caída relacionado.
Restricción individual activa anticaídas. Implica asegurar al trabajador con un sistema de anclaje lo suficientemente corto como para prevenir el peligro de posible caída. El usuario estará restringido en su movimiento y no podrá llegar a pisar el vacío. Este tipo de sistemas se define activo porque requiere que el usuario se conecte activamente para poder estar protegido. Al requerir una acción voluntaria para funcionar, es un sistema individual, ya que protege sólo a quien esté conectado.
Detención individual activa anticaídas. También en este caso se trata de asegurar al trabajador con un sistema de anclaje, destinado a detener la caída de una persona una vez que ésta se haya producido a fin de impedir un impacto del usuario contra objetos y/o el suelo. En este caso el sistema no previene el accidente, sino que sólo limita sus consecuencias negativas. Tal es el caso, por ejemplo, de las líneas de vida horizontales, líneas de vida de raíl rígido, anclajes móviles, etc.
Controles administrativos. Se trata de procedimientos variados dirigidos a advertir a las personas que trabajan en un espacio determinado de los posibles peligros de caída a los que se exponen (por ejemplo, luces, sonidos, señales de advertencia, formación, rotación de trabajadores, etc.). Estas medidas funcionan solo cuando el personal que realiza el trabajo es extremadamente preparado y las conoce en todos sus detalles.
Todos nuestros sistemas de protección se diseñan e instalan siguiendo la jerarquía de protección anticaídas. Nuestros expertos empiezan identificando los posibles riesgos de caída para, posteriormente, proponer un sistema completo de soluciones y recomendaciones que recorren todos los niveles de la jerarquía: desde técnicas sencillas para eliminar riesgos, hasta los sistemas salvavidas de protección individual.
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